Durante estas breves vacaciones, estuvimos en un sitio súper bonito, hasta el nombre me gustó: "La malquerida de Trinidad". La decoración de este sitio es puramente vintage, y eso fue lo que me enamoró. Aparte, sus camareros son encantadores y la comida, muy rica y original.
Una de las paredes tenía una estantería llena de libros y macetas, un rincón precioso. Y justo a la entrada, el objeto que mas llamó mi atención: un "macetero" turquesa, que en su anterior "vida" debió usarse para otra finalidad, que desconozco. Pero el resultado era precioso. En esta foto puede verse, en la esquina inferior derecha, aunque no se aprecia demasiado bien. ¡Que rabia no haberle hecho una foto!








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